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Ahmed Arif

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Ahmed Arif pronunció estas palabras: «la poesía es mi ira, mi nervio, mi blasfemia, mi rebelión». Esta ira, esta rebelión llegan desde los problemas que vive la sociedad. «La poesía – dijo- tiene que ser comprensible y partir del corazón del hombre». Esta frase explica toda su poesía.

Arif nació en Diyarbakir en 1927, de padre turco y madre kurda. Empezó a escribir poesía cuando estudiaba Secundaria. Sus poemas de este período fueron publicados en diferentes revistas. Una vez acabados sus estudios de Secundaria, cumple el servicio militar obligatorio durante dos años. En 1947, una vez licenciado, se matricula en Filosofía en la universidad de Ankara. 

Su ideología, en este momento, es progresista y revolucionaria. En 1951, durante una operación policial fueron a buscarlo a su trabajo y lo detuvieron. Una vez acabado el período de investigación fiscal se abrió un proceso judicial contra 124 personas. Fueron acusadas de crear una organización comunista clandestina, ser miembros de la misma y realizar actividades para promoverla. En 1954, cuando  el proceso terminó Ahmed Arif fue condenado a dos años de cárcel y otros 8 meses bajo vigilancia en Urfa. Para entonces, el tiempo que había pasado en la cárcel ascendía a 38 meses por lo que quedó en libertad el mismo día en que se pronunció la sentencia. Después del período carcelario no pudo terminar sus estudios, su vida fue muy difícil, no encontraba empleo ya que la policía lo seguía a todas partes. Durante este período realizó distintos trabajos, como obrero en una fábrica de ladrillo y tejas,  repartidor de carbón o empleado en una tienda de fotocopias. Más tarde entre 1956 y 1977 trabajó en varios periódicos. En 1967 se casó con Aynur Onal, en 1972 nació su único hijo, Filinta. En 1977 se jubiló y murió de un infarto en 1991. 

En 1968 se publicó su único libro, que consta de 19  poemas,  «Hasretinden Prangalar Eskittim», «Desgasté cadenas añorándote». Esta obra fue muy bien acogida por el público, habiendo sido publicadas 60 ediciones de la misma hasta el día de hoy en Turquía. No existe otro caso semejante en el mundo, es un récord mundial, también. Ahmed Arif, como el mismo nos cuenta en sus memorias, creció entre diferentes culturas, en un lugar donde un niño aprende simultáneamente tres o cuatro  lenguas. Hablaba turco, árabe y francés además de los dialectos del kurdo kurmanci y zazaki.

Ahmed Arif narra desde las grandes montañas, las montañas que no conocen nacionalidades, las montañas  rebeldes que no tienen edad, su poesía es como una larga elegía, pero en esta elegía siempre hay una esperanza, un brillo afilado. Entre su forma de hablar y su poesía hay una gran proximidad. Habla como escribe y escribe como habla, su poesía está recogida directamente de su manera de hablar. Es una poesía sin edad. No es una poesía de ayer, ni tampoco de hoy, es una poesía de cualquier tiempo que está siempre de actualidad.

 

TU  AMOR

 

Tu amor no me abandonó,

Quedé hambriento, quedé sediento,

La noche era oscura, traidora,

El alma extraña, silenciosa,

El alma  destrozada…

Y mis manos, esposadas,

Quedé sin tabaco, sin dormir,

Tu amor no me abandonó


DESGASTÉ CADENAS AÑORÁNDOTE

 

Poder contar de ti.

A buenos niños, a héroes.

Poder contar de ti,

Al indigno, al rudo,

A la puta mentira.

 

Uno tras otro, cuantos helados inviernos,

El lobo dormía, el pájaro dormía, el calabozo dormía,

Fuera el mundo seguía, a borbotones…

Solo yo no dormía,

Cuantas , mi bien amada, primaveras,

Desgasté cadenas añorándote.

Prenderé rosas sangre en tu pelo,

Una vez de este lado,

Una vez del otro lado…

 

Si pudiera gritar de ti,

A pozos sin fondo,

A una estrella fugaz,

Hasta a una cerilla.

A una cerilla caída

En la más aislada ola del océano.

 

Perdiera el talismán de los primeros amores,

Perdiera los besos,

No  se achacara, la caída repentina del anochecer,

Ensimismado con un cigarro, con una copa,

Si pudiera contar de ti…

Tu ausencia, es otro nombre del Infierno

Tengo frío, no cierres tus ojos…


DENTRO

  

¿Sabes muro de piedra?

Puerta de hierro, ventana ciega,

Mi almohada, mi litera, mi cadena,

Por la que fui y volví a la muerte,

Foto triste en mi escondrijo,

¿Sabes?

Enviara mi visita cebolla verde,

Huele a clavel mi cigarrillo.

Llegara la primavera a las montañas de mi tierra…


HOLA

 

El día se abre,

La tierra lluviosa da su útero.

Arroyo  Incesu, Hola.

Están más locos los gorriones en los aleros

El águila en las nubes

Más jactanciosa.

Arranca de su capote otro botón más,

Aquel que espera ser licenciado.

Arroyo Incesu, Hola.

 

Hay jóvenes banderas,

Piensan en la paz,

Trabajadores en los pozos, monos azules.

Yo pienso en todo,

Veinticuatro horas

Y pienso en ti,

Oscuro, ambicioso,,,

En ti, la fruta santa del universo.

Un verso de una canción de amor,

Reverdece, se agita en mi corazón,

Tus ojos descienden a mi memoria…

 

Y sin embargo no puedo alcanzar mis deseos.

Y sin embargo de lo blanco-de lo negro

Sé, esta es  mi parte…

Olvidaran  mis pupilas la risa.

Olvidaran  mis labios el beso.

Arroyo Incesu, Hola.

 

OSCURA  LUNA

 

Al azul

Al azul  se parecen tus ojos,

Al azul incendiario

Rebelde al viento,

Si soy ciego,

Si no existo más que por ti,

Si soy perverso,

Es mi alma, es mi sueño,

¿A  quién le importa?

Venga ven,

Oscura luna…

 

Más hambriento que perro,

Más desnudo que serpiente,

Enamorado y desgraciado

Si viniera parar a tu puerta

¿Sería por mi insaciabilidad?

Nada más que

De mis amores

¿Sobre todo de mis amores?

Los escribanos están sentados

Escriben mi sentencia

Ruego que vengas

Oscura luna…

 

A mis cuatro lados escondrijos de cabrones,

Con caras amistosas,

Con sonrisas amistosas

Encienden su cigarro con el mío.

Me besan la frente,

Silenciosos, hipócritas, especie de mil pies.

A mis cuatro lados escondrijos de cabrones,

Retrocedo, retrocedo, no salgo.

Deseaba la muerte en mi noche más bella.

No hagas eso, ven,

Oscura luna…

 

Calle del Clavel

Es invierno en todos los horizontes
los cuatro puntos cardinales, dieciséis vientos
y cinco continentes, siete climas
están bajo la nieve.

En esta estación nos reunimos todos
raíl, asfalto, empedrado, macadán
el camino escarpado, mi sendero
Tauro, Anti-Tauro y el rebelde Éufrates
tabaco, algodón, trigales, arroz
por toda mi alta tierra natal
están bajo la nieve.

También hay quien lucha en este tiempo
manos, pies congelados, infierno el corazón
esperando, irritados y abatidos
esperando, íntegramente honestos
ocultos en los montes
están bajo la nieve.

Un montón de canciones que aún sé
pinturas, esculturas, poemas épicos
creación de manos maestras
sin brazos, semidesnuda Venus
la calle Trans-novena
la tumba de García Lorca,
y las pupilas de Pierre Curie
están bajo la nieve.

Muros de recia piedra de paciencia
está bajo la nieve el arrabal,
añoranza de la preciosa Ankara.
El lobo ama el aire neblinoso
no ronda por el asfalto en diciembre,
a mí no me gusta, un mes siniestro.
De otros no sé, pero
siguiendo juntos en la primavera
mi corazón, ese amor cruel,
están bajo la nieve.

Turbio y brumoso aire en las chabolas
cielo de cúmulos en Altindag
con pan, amor y vida
mochilas de decisión
sus pulmones pequeños, manos grandes
sin bastante aliento para las palmas
—todos en edad escolar—
los niños del suburbio
están bajo la nieve.

Más templado hacia el río Hatip
borrachos en la avenida Yenisehir
en la calle del Clavel amanece
el conocimiento no se cuestiona
yo sé la “razón causante”
y la “evidencia suficiente” en medio…

En la calle del Clavel hay un invernadero
en el invernadero florece un tiesto de loza
una rama se escapa al azul
es el fuego ardiente de una canción
no miréis la pequeña maceta en la que brota
su raíz está en Altindag, en Incesu



Frida Kahlo

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Frida Kahlo (1907 - 1954), cuyo verdadero nombre fue Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón, fue una controvertida pintora y poetisa mexicana. Además de gran cantidad de obras plásticas, escribió poemas y es autora de varias frases y pensamientos, que expresan su tormentosa y pasional vida, que estuvo plagada de enfermedades que le producían un continuo dolor, así como de muchas relaciones personales. Frida es actualmente un símbolo del feminismo, también de la pasión, de las decepciones amorosas y de la lucha por la vida, a pesar de las dificultades.

Su felicidad era Diego Rivera, a pesar de que tuvieron un muy agitado matrimonio. La relación entre ambos pintores comenzó cuando Frida le pidió consejos y tutorías sobre pintura a Diego Rivera a quien admiraba profundamente-, el artista reconoció su talento enseguida y la impulsó a seguir la pintura tradicional mexicana. Frida se sintió apoyada por Diego y ambos iniciaron una relación amorosa. Se casaron en 1929 al poco tiempo de conocerse –a pesar de que los padres de Frida no estaban de acuerdo- y fue un matrimonio complicado y lleno de infidelidades por parte de ambos. Kahlo fue una mujer de carácter fuerte, muy liberal y abiertamente bisexual. A pesar de que ambos eran descaradamente infieles, fue la infidelidad de Diego con la hermana menor de Frida, Cristina lo que puso fin a su matrimonio.

Frida vivió una vida atormentada por problemas físicos. De joven contrajo poliomelitis y poco después el 17 de septiembre de 1925 Frida volvía de la escuela junta a su novio de aquel entonces, Alejandro Gómez Arias, al igual que otros días cogieron el autobús. Durante el transcurso del viaje fueron arrollados por un tranvía, quedando el vehículo aplastado contra un muro y absolutamente destruido. Kahlo consiguió ser rescata, sin embargo, el diagnóstico fue desolador: su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, fracturas en dos costillas, una en la clavícula y tres en el hueso pélvico. Por otro lado, su pierna fue partida en once partes, su pie derecho y su hombro se dislocaron y un pasamanos la atravesó desde la cadera hasta salir por la vagina. Frida Kahlo, recordaría esta traumática experiencia como la pérdida de la virginidad.

Desafortunadamente, no estando muy avanzada la medicina de su tiempo fue sometida a 32 operaciones quirúrgicas a lo largo de su vida. Antes de esta experiencia no había sentido una especial atracción hacia la pintura, de hecho, la poliomeritis le aconsejaba mantener un estilo de vida activa para paliar los efectos que le producían. Si bien es cierto que antes del accidente había trabajado como aprendiz en un taller de grabado e imprenta donde aprendía a dibujar copiando grabados, no fue hasta después del accidente, condicionada por su imposibilidad de moverse, cuando se volcó en su obra pictórica.

Su obra y poesía no buscaron encauzar un sentimiento creativo sino expresar su propio sufrimiento, a pesar de que personajes de la talla de André Bretón quisieron convencerla de que su obra era surrealista, ella se negó a aceptar que eran algo más que la expresión de sus vivencias, no de sus sueños.

Poemas y pensamientos de Frida Kahlo 

Libre de mí

Te dejo libre, libre de mí
Libre de mi carácter tan cambiante
Libre de mis ganas locas por amarte
Libre de mi afán de cuidarte como a nadie
Te dejo libre
Libre de mi gran amor protector
Libre de mí por completo
Pero te ruego que no vuelvas,
cuando te des cuenta que nadie podrá amarte como yo.
No vuelvas por favor.

La persona más extraña

Solía pensar que era la persona más extraña del planeta
pero luego me di cuenta de que hay mucha gente en el mundo,
así que debía de haber alguien como yo que se sintiera rara y con defectos igual que yo.
Solía imaginarme a esa mujer y pensar que también estaría allí fuera pensando en mí.
Bueno, espero que si lo estás y lees esto, sepas que sí, es verdad,
estoy aquí y soy tan rara como tú.

He sido una afortunada

No reniego de mi naturaleza, no reniego de mis elecciones,
de todos modos he sido una afortunada.
Muchas veces en el dolor se encuentran los placeres más profundos,
las verdades más complejas, la felicidad más certera.
Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo,
que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica,
que he logrado ser lo más parecido a mí misma que he podido.

Una vida no vivida

Me siento como un gato.
He vivido más de una vida contigo; sin ti, juntos,
separados, alejados y cercanos; con café y tequila,
limones y heridas, sal en las llagas y amor en los labios...
¿Y preguntas si le temo a la muerte?
Amor, témele a una vida no vivida.

Si tan sólo...

 "Si tan solo tuviera cerca de mi su caricia.
Como la tierra al aire se la da.
La realidad de su persona me haria mas alegre,
me alejaria del sentido que me llena de gris.
Nada en mi ya seria tan hondo, tan final.
Pero como le explico mi necesidad enorme de ternura!
Mi soledad de años.
Mi estructura inconforme por inarmonica, por inadaptada.
Yo creo que es mejor irme, irme y no escaparme.
Que todo termine en un instante, ojala..."

Mereces

Mereces un amor que te quiera despeinada,
con todo y las razones que te levantan de prisa,
con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que puede comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos
 y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía.

Las mejores Frases de Frida Kahlo

♡ Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti mismo a través de mis ojos. Solo entonces te darías cuenta de lo especial que eres para mí.
♡Aunque haya dicho "te quiero" a muchos y haya tenido citas y besado a otros, en el fondo sólo te he amado a ti... 
♡Quisiera darte todo lo que nunca hubieras tenido, y ni así sabrías la maravilla que es poder quererte. La maravilla de poder quererte
♡ ¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: "Yo te cielo", así mis alas se extienden enormes, para amarte sin medida. 
♡ Yo lo veía... y puedo jurar que no me quedaban ganas de ver a nadie más. En ese preciso momento comprendí, que los ojos siempre le pertenecen a las personas que los hacen brillar. 
♡ Y una cosa puedo jurar: Yo que me enamore de tus alas, jamás te las voy a querer cortar.
♡ Te amo sin pensar... y es que el pensar me haría odiarte. 
♡ Nunca supe lo que querías, pero si estaba segura de lo que yo quería. Te quería a ti, conmigo, solo eso... 
♡ Estoy bien... Bien hundida, bien decepcionada, bien vacía. Bien harta, bien rota. Bien fracasada, bien inestable, bien cansada... Definitivamente: Estoy bien. 
♡ Y entonces supe que tu amor nunca fue mío. Mía fue la ilusión... 
♡ Como siempre, cuando me alejo de ti, me llevo en las entrañas tu mundo y tu vida, y de eso es de lo que no puedo recuperarme. 
♡Aprenderé historias para contarte, inventare nuevas palabras para decirte en todas, que te quiero como a nadie. 
♡ Mi sangre es un milagro que desde mis venas, cruza el aire de mi corazón al tuyo. 
♡ Tantas cosas por decirte y tan pocas salen de mi boca. Deberías de aprender a leer mis ojos cuando te miro. 
♡ Jamás en toda la vida, olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste integra, entera... 
♡ Me enamoró con cada palabra y después me destrozó con cada acción. 
♡ Siempre que hablo contigo... acabo muriéndome un poco más. 
♡ Se que me entenderás, cuando te duela el alma como a mi... 
♡ A veces tienes que olvidar lo que sientes y recordar lo que mereces. 
♡ No voy a pedirte que me escribas, que te quedes, que me beses, que me abraces o que me quieras. Porque si tengo que pedirlo, ya no lo quiero. 
♡ Bebía porque quería ahogar mis penas, pero las malvadas aprendieron a nadar. 
♡ Lo quise hasta que mi dignidad dijo: "no es para tanto". 
♡ Amurallar el propio sufrimiento, es arriesgarte a que te devore desde el interior. 
♡ La verdad es que no todos los días tenemos ganas de sonreír, hablar y actuar como si la vida fuera perfecta. 
♡ Dígale al forense cuando escarbe en mis entrañas, que por favor si encuentra mi amor por usted, lo saque para poder descansar en paz.
♡ Si actúas como si supieras lo que estás haciendo, puedes hacer lo que quieras. 
♡  Ser feliz es una decisión que hay que tomar todos los días, que no depende de las condiciones de vida que uno tenga, sino de la actitud con la cual enfrenta los problemas. La felicidad es eso: Decidir ser feliz.
♡ Ámate lo suficiente para que no te queden dudas, de que mereces lo mejor.
♡ Mujer, vive la vida… solo con quien te de la vida. 
♡No quiero un amor a medias, rasgado, partido a la mitad, he luchado y sufrido tanto, que me merezco algo entero, intenso, indestructible. 
♡ Y cuando me busques y no me halles, dirás: Ella era única y era mía... era.
♡ Y al final del día nos damos cuenta, que podemos soportar más de lo que creemos.
♡ Si usted me quiere en su vida, usted me pondrá en ella. Yo no debería estar peleando por un puesto. Pelear por un puesto en su vida
♡ No dejes que le dé sed, al árbol del que tú eres su sol.
♡ El tiempo no regresa... Donde no puedas amar, no te demores.
 No tengo dolores, solo cansancio y como es natural muchas veces desesperación. Una desesperación que ninguna palabra puede describir. Sin embargo tengo ganas de vivir.
Tengo ganas de vivir.
 Pies, ¿para que los quiero si tengo alas para volar...?
 Tiempo al tiempo y cada huella ira encontrando su arena y cada beso deteniendo un momento.
 Los placeres de la vida, se viven siempre con los dolores del alma.
♡ No quiero un final feliz, quiero una vida llena de momentos felices, porque al final todo es triste.







Octavio Paz Lozano

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Nació en Ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en plena Revolución Mexicana. Su padre trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata; estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la revolución, y colaboró activamente en el movimiento vasconcelista, por lo que el niño se crió acostumbrado a las largas ausencias paternas, sin embargo lo acompañaron su madre, Josefina Lozano, una tía y su abuelo paterno, Ireneo Paz, un soldado retirado de las fuerzas de Porfirio Díaz, intelectual liberal y novelista, el cual ejerció una temprana influencia sobre su nieto.
Octavio Paz publicó su primer poema siendo adolescente, en 1931. A los diecinueve años publicó su primer libro de poesía Luna Silvestre. En 1937 terminó sus estudios universitarios y viajó a Yucatán en busca de trabajo en una escuela cercana a Mérida, pero pronto se decidió a viajar a España para luchar con el bando republicano en la guerra civil española. A su regreso en México, participó como cofundador en una revista literaria llamada Taller en 1938, y escribió en ella hasta 1941. Por ese entonces ya era considerado uno de os jóvenes poetas más prometedores.
En 1943 recibió la Beca Guggenheim y comenzó sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos y dos años después se incorporó al servicio diplomático Mexicano, o que le permitió residir en distintos países europeos y asiáticos. Estuvo trabajando en Francia hasta 1962, durante esa estancia, en 1950, escribió y publicó El laberinto de la soledad, un innovador estudio antropológico de los pensamientos y la identidad Mexicana. Cerró su actividad diplomática en 1968, cuando renunció como protesta contra la política del gobierno mexicano ante el movimiento democrático estudiantil. 
En 1985 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes y su reconocimientos internacional culminó con la obtención del premio Nobel de Literatura en 1990. Murió el 19 de abril de 1998 en Ciudad de México. Poeta, narrador, ensayista, traductor, editor y gran impulsor de las letras mexicanas, Paz se mantuvo siempre en el centro de la discusión artística, política y social del país. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el destino del hombre.
A través
Doblo la página del día,
escribo lo que me dicta
el movimiento de tus pestañas.

*
Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.

*
Entro en ti,
veracidad de la tiniebla.
Quiero las evidencias de lo oscuro,
beber el vino negro:
toma mis ojos y reviéntalos.

*
Una gota de noche
sobre la punta de tus senos:
enigmas del clavel.

*
Al cerrar los ojos
los abro dentro de tus ojos.

*
En su lecho granate
siempre está despierta
y húmeda tu lengua.

Hay fuentes
en el jardín de tus arterias.

*
Con una máscara de sangre
atravieso tu pensamiento en blanco:
desmemoria me guía
hacia el reverso de la vida.

  
Bajo tu clara sombra

Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello,
unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena....

Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.
  
Cuerpo a la vista 
Y las sombras se abrieron otra vez
y mostraron su cuerpo:
tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar,
tu boca y la blanca disciplina
de tus dientes caníbales,
prisioneros en llamas,
tu piel de pan apenas dorado
y tus ojos de azúcar quemada,
sitios en donde el tiempo no transcurre,
valles que sólo mis labios conocen,
desfiladero de la una que asciende
a tu garganta entre tus senos,
cascada petrificada de la nuca
,
alta meseta de tu vientre,
playa sin fin de tu costado.

Tus ojos son los ojos fijos del tigre
y un minutos después
son los ojos húmedos del perro.
Siempre hay abejas en tu pelo.
Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos
como las espalda del río a la luz del incendio.

Aguas dormidas golpean día y noche
tu cintura de arcilla
y en tus costas,
inmensas como los arenales de la luna,
el viento sopla por mi boca
y un largo quejido cubre con sus dos alas grises
la noche de los cuerpos,
como la sombra del águila la soledad del páramo.

Las uñas de los dedos de tus pies
están hechas del cristal del verano.
Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de noche se aquieta,
negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca de horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra,
de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección
y el día de la vida perdurable)

Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.
 

"Decir, hacer"
  

                                          A Roman Jakobson

Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.
¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.

También la luz en sí misma se pierde.

  
Elegía interrumpida

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.
Oigo el bastón que duda en un peldaño,
el cuerpo que se afianza en un suspiro,
la puerta que se abre, el muerto que entra.
De una puerta a morir hay poco espacio
y apenas queda tiempo de sentarse,
alzar la cara, ver la hora
y enterarse: las ocho y cuarto.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche
y era una larga despedida,
un tren que nunca parte, su agonía.
Codicia de la boca
al hilo de un suspiro suspendida,
ojos que no se cierran y hacen señas
y vagan de la lámpara a mis ojos,
fija mirada que se abraza a otra,
ajena, que se asfixia en el abrazo
y al fin se escapa y ve desde la orilla
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
y no encuentra unos ojos a que asirse...
¿Y me invitó a morir esa mirada?
Quizá morimos sólo porque nadie
quiere morirse con nosotros, nadie
quiere mirarnos a los ojos.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al que se fue por unas horas
y nadie sabe en qué silencio entró.
De sobremesa, cada noche,
la pausa sin color que da al vacío
o la frase sin fin que cuelga a medias
del hilo de la araña del silencio
abren un corredor para el que vuelve:
suenan sus pasos, sube, se detiene...
Y alguien entre nosotros se levanta
y cierra bien la puerta.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,
vaga entre los bostezos, las afueras.
Aunque cerremos puertas, él insiste.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Rostros perdidos en mi frente, rostros
sin ojos, ojos fijos, vaciados,
¿busco en ellos acaso mi secreto,
el dios de sangre que mi sangre mueve,
el dios de yelo, el dios que me devora?
Su silencio es espejo de mi vida,
en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
El pensamiento disipado, el acto
disipado, los nombres esparcidos
(lagunas, zonas nulas, hoyos
que escarba terca la memoria),
la dispersión de los encuentros,
el yo, su guiño abstracto, compartido
siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
el deseo y sus máscaras, la víbora
enterrada, las lentas erosiones,
la espera, el miedo, el acto
y su reverso: en mí se obstinan,
piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
beber el agua que les fue negada.
Pero no hay agua ya, todo está seco,
no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
en jaulas de barrotes invisibles
mono onanista y perra amaestrada,
lo que devoras te devora,
tu víctima también es tu verdugo.
Montón de días muertos, arrugados
periódicos, y noches descorchadas
y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
-saluda al sol, araña, no seas rencorosa...-
Es un desierto circular el mundo,
el cielo está cerrado y el infierno vacío

La poesía

                                    A Luis Cernuda
Llegas, silenciosa, secreta,
y despiertas los furores, los goces,
y esta angustia
que enciende lo que toca
y engendra en cada cosa
una avidez sombría.

El mundo cede y se desploma
como metal al fuego.
Entre mis ruinas me levanto,
solo, desnudo, despojado,
sobre la roca inmensa del silencio,
como un solitario combatiente
contra invisibles huestes.


Verdad abrasadora,
¿A qué me empujas?
No quiero tu verdad,
tu insensata pregunta.
¿A qué esta lucha estéril?
No es el hombre criatura capaz de contenerte,
avidez que sólo en la sed se sacia,
llama que todos los labios consume,
espíritu que no vive en ninguna forma
mas hace arder todas las formas.

Subes desde lo más hondo de mí,
desde el centro innombrable de mi ser,
ejército, marea.
Creces, tu sed me ahoga,
expulsando, tiránica,
aquello que no cede
a tu espada frenética.
Ya sólo tú me habitas,
tú, sin nombre, furiosa substancia,
avidez subterránea, delirante.

Golpean mi pecho tus fantasmas,
despiertas a mi tacto,
hielas mi frente,
abres mis ojos.

Percibo el mundo y te toco,
substancia intocable,
unidad de mi alma y de mi cuerpo,
y contemplo el combate que combato
y mis bodas de tierra.

Nublan mis ojos imágenes opuestas,
y a las mismas imágenes
otras, más profundas, las niegan,
ardiente balbuceo,
aguas que anega un agua más oculta y densa.
En su húmeda tiniebla vida y muerte,
quietud y movimiento, son lo mismo.

Insiste, vencedora,
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
substancia de mi alma.

Eres tan sólo un sueño,
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.

Llévame, solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.

Las palabras

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.

 
  
Libertad bajo palabra

Viento
Cantan las hojas,
bailan las peras en el peral;
gira la rosa,
rosa del viento, no del rosal.
Nubes y nubes
flotan dormidas, algas del aire;
todo el espacio
gira con ellas, fuerza de nadie.

Todo es espacio;
vibra la vara de la amapola
y una desnuda
vuela en el viento lomo de ola.

Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire
siempre de viaje...

  
Noche de verano
Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.

Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos.

Se incendia el árbol de la noche
y sus astillas son estrellas,
son pupilas, son pájaros.
Fluyen ríos sonámbulos.
Lenguas de sal incandescente
contra una playa oscura.

Todo respira, vive, fluye:
la luz en su temblor,
el ojo en el espacio,
el corazón en su latido,
la noche en su infinito.

Un nacimiento oscuro, sin orillas,
nace en la noche de verano,
en tu pupila nace todo el cielo.


         Tu nombre 
Nace de mí, de mi sombra,
amanece por mi piel,
alba de luz somnolienta.
Paloma brava tu nombre,
tímida sobre mi hombro.

Tus ojos 
Tus ojos son la patria
del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento,
mar sin olas, pájaros presos,
doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque
en donde la luz canta en el hombro
de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana
encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo,
puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea, páramo.

José Agustín Goytisolo

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Nacido en Barcelona el 13 de abril de 1928 de familia burguesa, empezó Derecho en la Universidad de Barcelona, y terminó sus estudios en la de Madrid. Su familia se vio brutalmente sacudida por la muerte de su madre Julia víctima de un bombardeo aéreo del bando franquista sobre la ciudad de Barcelona en 1938. El hecho dramático afectó a todos los hijos, pero especialmente a José Agustín, que puso a su hija el nombre de la madre perdida.

Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona, y los acaba en la de Madrid. Residió en el Colegio Mayor Nuestra Señora de Guadalupe, donde conoció a otros poetas de la generación que vivían entonces en Madrid, como José Ángel Valente o José Manuel Caballero Bonald.

pan style="font-family: inherit; font-size: ;">Maestro de la poesía libre, que para él, era la «menos libre de todas si está bien hecha». Y bien hecha significa «con música interna». Fue uno de literatos más importantes de la generación de los 50. Junto a Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma, fue uno de los fundamentales de la llamada escuela poética de Barcelona.

Fue además escritor, traductor y crítico literario, siendo su característica principal una curiosa combinación de nostalgia, humor e ironía. Falleció trágicamente en 1999. Sufria de depresión, algunos piensan que su muerte (cayó desde una ventana de su apartamento) fue un suicidio, salvo su familia, que lo consideró un accidente.

                     Alguna noche
Alguna noche -las fogatas eran
de dolor o de júbilo-
la casa te veía desertar.

Te abrías a una vida
distinta, a un mundo
alegre como los ojos de un dios:
voces mayores, fuegos de artificio,
inacabable noche de San Juan
en tu estancia vacía...

El tiempo se agrandaba en los rincones,
se detenía en torno al corazón,
mientras el estruendo proseguía,
lejos, lejos, quién sabe si real.

Después, todo más claro:
los sonidos pequeños, el crujido de un mueble
la lluvia en el desván.

Nueva vida a las cosas, el alba aparecía,
y tú llegabas, amorosamente.




Así... 
Algunas veces llego
presuroso, rodeo
tus rodillas, toco
tu pelo. ¡Ay Dios, quisiera
decirte tantas cosas!
Te compraré un pañuelo,
seré buen chico, haremos
un viaje....No sé,
no sé lo que me pasa.

Quiero morir así,
así en tus brazos.
 
 
Como la piel de un fruto, suave... 
Como la piel de un fruto, suave
a la amenaza de los dientes,
iluminada, alegre casi,
ibas camino de la muerte.

La vida estaba en todas partes:
en tu cabello, sobre el césped,
sobre la tierra que añorabas,
sobre los chopos,  por tu frente...

Todo pasó, tal un verano,
sobre tu carne pura y breve.
Como la piel de un fruto, ¡eras
tan olorosa y atrayente!




Cuando todo suceda 
Digo: comience el sendero a serpear
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.

Allí te esperaré.
Me anunciará tu paso el breve salto
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.

Te volveré a mirar, a sonreír
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.

De nuevo en pie siguiendo tu figura
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.
 
Donde tú no estuvieras 
Dónde tú no estuvieras,
como en este recinto, cercada por la vida,
en cualquier paradero, conocido o distante,
leería tu nombre.

Aquí, cuando empezaste a vivir para el mármol,
cuando se abrió a la sombra tu cuerpo desgarrado,
pusieron una fecha: diecisiete de marzo. Y suspiraron
tranquilos, y rezaron por ti. Te concluyeron.

Alrededor de ti, de lo que fuiste,
en pozos similares, y en funestos estantes,
otros, sal o ceniza, te hacen imperceptible.

Lo miro todo, lo palpo todo:
hierros, urnas, altares,
una antigua vasija, retratos carcomidos por la lluvia,
citas sagradas, nombres,
anillos de latón, sucias coronas, horribles
poesías...
Quiero ser familiar con todo esto.

Pero tu nombre sigue aquí,
tu ausencia y tu recuerdo
siguen aquí.

                               ¡Aquí!
donde tú no estarías,
si una hermosa mañana, con música de flores,
los dioses no te hubieran olvidado.
 
El aire huele a humo

                                                    A Gabriel Celaya 

¿Qué hará con la memoria
de esta noche tan clara
cuando todo termine?
¿Qué hacer si cae la sed
sabiendo que está lejos
la fuente en que bebía?

¿Qué hará de este deseo
de terminar mil veces
por volver a encontrarle?

¿Qué hacer cuando un mal aire
de tristeza la envuelva
igual que un maleficio?

¿Qué hará bajo el otoño
si el aire huele a humo
y a pólvora y a besos?

¿Qué hacer?¿Qué hará? Preguntas
a un azar que ya tiene
las suertes repartidas.
 
El oficio del poeta

En este mismo instante...
En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.
 
 
Esa flor instantánea
Miedo a perderse ambos,
vivir el uno sin el otro:
miedo a estar alejados
en el viento de la niebla,
en los pasos del día,
en la luz del relámpago,
en cualquier parte. Miedo
que les hace abrazarse,
unirse en este aire
que ahora juntos respiran.
Y se buscan y se buscan
esa flor instantánea
que cuando se consigue
se deshace en un soplo
y hay que ir a encontrar otras
en el jardín umbrío.
Miedo; bendito miedo
que propicia el deseo
la agonía y el rapto,
de los que mueren juntos
y resucitan luego.




Esos locos furiosos increíbles

Llegan apresurados y nunca dicen para qué
ni de dónde proceden
y enseguida te piden dos mil francos
que casi siempre te han de devolver
o te quitan la toalla sin respeto
cuando te estás duchando
se ponen la colonia los polvos el masaje
la loción de tu novio o de tu hija
te arrastran a lugares espantosos o bellos
y ni siquiera piden tu opinión
y beben prodigiosamente se ponen a cantar
en cualquier parte
o arman la del gran dios en un bar miserable
y por motivos nimios
siempre siempre avasallan te compran un sombrero
o unas flores
y un día salen al galope quizá hacia los infiernos
qué desastre.

Señora caballero muchachita asustada
militante de un partido ecologista:
si se tropieza usted con uno de esos
locos furiosos increíbles
no le deje escapar llévelo a casa
son tiernos como niños
a veces tienen frío quién sabe si es porque
les han pegado duro
duermen poco se lavan todo el rato y son muy
besucones y mirones
pero cuidan los libros sacan todas las noches
el cubo de basura a la escalera
y están sólo pendientes de tener siempre
un cenicero al lado.

Tienen por fin el gran inconveniente:
se van mas vuelven pronto
duran toda la vida.




La fuente perdurable

Se estremeció al contacto de las manos
y ofrecía su cuerpo al alfarero
que ella siempre anheló: primero el rostro
después el talle luego las rodillas.

¡Oh sí! Mujer de barro que se vuelve
cántaro de aguamiel vasija húmeda
copa de vino para los desmayos
maceta de albahaca taza honda

cáliz de olor jofaina regalada
pila bajo la fuente perdurable
lamparilla de aceite que alumbrara

noches sin sueño y páginas de un libro
que está por escribir. ¡Oh sí; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero.
 
La noche le es propicia
Todo fue muy sencillo:
ocurrió que las manos
que ella amaba,
tomaron por sorpresa
su piel y sus cabellos;
que la lengua
descubrió su deleite.
¡Ah! detener el tiempo!
Aunque la historia
tan sólo ha comenzado
y sepa que la noche
le es propicia,
teme que con el alba
continúe su sed
igual que siempre.
Ahora el amor la invade
una vez más. ¡Oh tú
que estás bebiendo!
Apiádate de ella,
su garganta está seca,
ni hablar puede.
Pero escucha su herido,
respira la agonía
de un éxtasis y el ruego:
¡no te vayas, no, no te vayas.

¡Quiero beber yo!




La visita

Pasada la hora de las ignominias
los viejos apagaron con tierra las fogatas
las mujeres y niños recogieron las tiendas
los hombres empuñaron el fusil.

La ruta del desierto fue muy dura:
se abrieron paso a tiros en medio de la noche
para no ser esclavos para no ser vendidos
igual que reses en su propio hogar.


Hoy con su pueblo a salvo los guerreros
han vuelto al territorio de la casa invadida
y el enemigo sabe que si alcanza un momento
a ver sus rostros es que va a morir.

¡Oh tú que me censuras pues no escribo
de dioses y me exalto por cosas de la tierra !
conoce a estos hombres: como los inmortales
luchan ardiendo por su libertad.
 
 
Las mujeres de antes

En los Paseos junto al mar
en las sillas de mimbre de los bares
reclinadas en suaves chaises-longues de terciopelo
fumando cigarrillos atrevidos y exóticos
vestidas de colores muy decentes
o en lugares cerrados y más íntimos
mirándose al espejo
retocando sus labios y empolvándose
las mujeres de antes parecían irreales
eran como otra cosa algo distinto
pero cuando nos daban caramelos
o las fotografiaban de perfil
todos todos sabíamos que aquello se acababa
que no podía ser
que la hermosa película no iba a continuar siempre
y que la extraña joya que al parecer tenían
escondida en los pliegues del escote
o quizás entre las piernas
iba a volverse pronto mercancía barata
que ellas eran como nosotros
con sus deseos y melancolías
con sus trabajos y su desengaño.

Y entonces ¿para qué fingirse diosas
si ni ellas lo querían
y para qué tanto suspiro absurdo
tanta mano bellísima frotando en solitario
tanto dedo en saliva
si de la fiesta aquella sólo iban a quedar
algunos viejos cuadros y montones de cajas de sombreros
llenas de fotos ocres junto a discos partidos?




Le obliga a que la mire...
Es fruto agraz al paladar
y sedoso para los labios
que han conocido su contorno
y percibieron la afluencia.

Ella jugaba aquella noche
cautivada por la ternura
de una voz que a su decisión
sólo dijo: si tú lo quieres...

Ahora le obliga a que la mire,
para que vea lo que es suyo
y lo que luego ha de perder
cuando se aparte de sus ojos.




Llora conmigo, hermano... 
Llora conmigo, hermano.
Era mujer y bella. No tenía
nieve sobre los años.

De ella, de mí, de todo
te separaron. Pero el tiempo
te ha devuelto a su abrazo.

A ella y a ti os pregunto
si es posible que todo lo que amé
sea sólo un engaño.

¿Sabéis que espero, a veces,
vuestra voz, y que tengo
los oídos tapados?
¿Sabéis
que niego el pie de vuestros pasos?

Pero no importa. vivo
sobre las ruinas. Amo.

Decidme, sí, decidme,
-aunque no pueda oírlo,
aunque nunca lo crea -
que nada ha terminado.




Nadie está solo

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.




Palabras nunca dichas
No sabía decirlas, no podía;
porque jamás las pronunciará antes,
juntas así.
La angustia la mataba,
imposible aguantar aquel anhelo
que era dolor cruel
de tan agudo.
Y las palabras nunca dichas
fueran el único remedio
en  aquel trance
que alteraba su cuerpo:
de la piel, hasta lo más profundo.
Con voz rota ella pide:
¡oh tú, por caridad ayúdame
a decirte que... Palabras. 




Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Por rincones de ayer
En notmalperdidos
contra toda esperanza
te buscaba.

En ciudades sin nombre
por rincones de ayer
te busqué.

En horas miserables
entre la sombra amarga
te buscaba.

Y cuando el desaliento
me pedía volver
te encontré.

 

Se oyen los pájaros...
El alba. Se oyen los pájaros
como perdidos en la niebla;
el silencio sube sus cantos
a la penumbra de la estancia.
El percibe un temblor muy tenue
que estremece la piel que ama
dulce en su ensueño. Muy despacio
la va cubriendo con la sábana
por evitar que se desvele.
Pero unos brazos le envolvían
y se ciñeron a su cuerpo:
eternidad fue aquí lisura
miel y jazmín. Mucho más tarde
aún se oía el cantar los pájaros.




Secreto
Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-

seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.

Ahoranormal lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.

Sus horas son engaño

Triste es el territorio de la ausencia.

Sus horas son engaño
                                        desfiguran
ruidos olores y contornos
y en sus fronteras deben entenderse
las cosas al revés.

Así el sonido
del timbre de la entrada significa
que no vas a llegar
                                  una luz olvidada
en el piso de arriba es símbolo de muerte
de vacío en tu estancia
                                         rumor de pasos
cuentas que te fuiste
                                     y el olor a violetas
declara el abandono del jardín.

Y en ese mundo ¿qué debí hacer yo
príncipe derrotado
                                      rey mendigo
sino forzar mis ojos para que retuvieran
aquel inexpresable color miel
suave y cambiante de tus cabellos?

De "Final de un adiós"

 
    
             Tacto y aire fino...
Toda la noche comenzaba todo,
toda la noche amor.
Toda la noche claridad y vehemencia,
toda la noche amor.
Toda la noche llama contra llama,
toda la noche amor.
Toda la noche fiesta en el espejo,
toda la noche amor.
Toda la noche amándose a sí misma
toda la noche amor.
Toda la noche tacto y aire fino,
toda la noche amor.
                  Y saluda a su ausencia 
Noche de los amantes: la seducen
los momentos que vive. Ahora se mira,
acaricia su cuerpo muy despacio
mientras piensa por Dios que aún es hermosa.

Noche de los amantes; él se acerca,
la abraza por la espalda ante el espejo
y así enlazados van a la vidriera.
Puso la mano ahí: tacto y dulzura.

Noche de los amantes: ella observa
la ciudad ardiente y cree ver su casa
lejos entre otras muchas. Mueve un brazo
y saluda a su ausencia. Y se estremece.