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Chantal Maillard

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"...Te supe frágil y desnudo,
tan frágil eras, tan desnudo
que se quebró tu sombra al respirar...."



Y si te quiero abierto...

Y si te quiero abierto
como el centro imposible de un mundo transparente,
si te quiero imposible, más allá de mis brazos
o la aurora que extiende un sueño en las tinieblas,
más abierto que el viento, más leve y más amante,
será porque mañana nos quisiera infinitos,
unidos como nieve a punto de ser agua.

Y es por eso que dejo resonar la memoria,
todas esas palabras de hilo que se enredan
en tu boca o la mía.

De "Semillas para un cuerpo" 1988


Llevo acostada largo tiempo...

Llevo acostada largo tiempo en la orilla.
Mis pechos son colinas cubiertas de hoja seca.
Levanto la cabeza y me contemplo:
en mis muslos el vello a punto de ser vello,
me incorporo: la hierba a punto de ser hierba,
doy un paso y despierto al agua a punto de ser agua,
se asusta un ave negra a punto de ser ave a punto
de ser negra...
Un resplandor me ciega:
el bosque me contempla,
a punto de ser bosque,
a punto de ser tuya.

De "Hainuwele" 1990


Te supe frágil y desnudo...

Te supe frágil y desnudo,
tan frágil eras, tan desnudo
que se quebró tu sombra al respirar.
Abrí la puerta y las voces del agua
adoptaron la forma de tu cuerpo.
Tan leve parecías, tan al borde de ti
que la noche aprendió
el modo de dormirse sobre el rio.

De "La otra orilla" 1990


Heme aquí raíz...

Heme aquí raíz,
savia de impulsos ascendentes,
madre aún,
posible siempre,
anticipada gestación
de un porvenir intruso,
intrusa de un presente
que desestima
el valor de nacer
a sí mismo de nuevo.
Heme aquí clavando
mis ojos
de savia encarcelada
en los troncos vacíos de los árboles
muertos,
heme aquí creyendo,
queriendo creer
en la impostura de las ruinas,
en el candor del desastre,
el valor de lo opaco,
la calidez del humo en los rescoldos.
Heme aquí,
heme aquí,
he aquí que me atrevo
a creer en las ruinas.

¡Me atrevo a creer en las ruinas!

De "Conjuros" 2001

Intermedio

Entre una imagen tuya
y otra imagen de ti
el mundo queda detenido.
En suspenso. Y mi vida
es ese pájaro pegado al cable
de alta tensión,
después de la descarga.

De "Lógica borrosa" 2002
Mejor no diga nada...

Mejor no diga nada.
Sería inútil. Ya ha pasado.
Fue una chispa, un instante. Aconteció.
Yo acontecí en ese instante.
Puede que usted también lo hiciera.
Suele ocurrir con los poemas:
terminan condensándose las formas
en nuestros ojos como el vaho
sobre un cristal helado;
las formas, con su herida.
Pues quien construye el texto
elige el tono, el escenario,
dispone perspectivas, inventa personajes,
propone sus encuentros, les dicta los impulsos,
pero la herida no, la herida nos precede,
no inventamos la herida, venimos
a ella y la reconocemos.

De "Matar a Platón" 2004

Chantal Maillard

Hija de padres belgas, nació en Bruselas en 1951, nacionalizándose española desde los 17 años.Es doctora en Filosofía Pura y profesora titular de Estética y Teoría de las Artes en el Departamento de Filosofía de laUniversidad de Málaga, en la que imparte enseñanza desde 1990.

La experiencia del dolor le viene a Chantal Maillard de antiguo. Fue feliz, según declara, hasta los 7 años, pero a partir de ahí, los continuos cambios de internado en Bélgica y después la adaptación a España, donde se trasladó con su familia en pleno franquismo, la convirtieron en una niña desubicada y silenciosa. Nació sin embargo con el don de la escritura, en la palabra encontró cobijo y, a los 14 años, ya había escrito dos novelas y más de cien poemas. Y así hasta hoy. Poeta, filósofa y gran conocedora del pensamiento y estética orientales, es autora de una docena de títulos, entre los que destacan sus diarios, Diarios indios y Filosofía en los días críticos, un milagro de simbiosis entre filosofía y poesía. En 2004 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Matar a Platón, un libro seco y despojado, escrito durante su grave enfermedad, en el que la muerte y el dolor, sin concesiones literarias, palpitan en cada una de sus páginas. Su nuevo poemario, Hilos, posterior a la imprevisible muerte de su hijo, revela a una de las voces poéticas más intensas, honestas y radicales del panorama actual.



Leonard Cohen

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Por qué la experiencia no es la maestra de nada


No el mío -el cuerpo que te prometieron
está enterrado en el corazón
de una máquina inutilizable
que nadie puede detener o poner en marcha.

¿Yacerás con él? Podrás cavar hasta muy profundo-
escapar de una o dos Leyes- ver un relámpago
de luz. Jamás
llegarás a acercarte al corazón.

Yo lo intenté -soy el mismo- resultó lo mismo.
Quería que mis sentidos enloquecieran.
El relámpago no era más que una luz ordinaria.
¿Acaso nada podrá mantenerte aquí, mi amor, mi amor?

Cielo

Los grandes pasan
pasan sin tocarse
pasan sin mirarse
cada uno sumido en el gozo
cada uno en su fuego
No tienen necesidad
el uno del otro
tienen la más profunda de las necesidades
Los grandes pasan

Registrados en algún cielo múltiple
grabados en alguna risa sin fin
pasan
como estrellas de diferentes estaciones
como meteoros de diferentes siglos

Fuego inalterado
por el fuego que pasa
risa inatacada
por el confort
se pasan los unos a los otros
sin tocarse sin mirarse
necesitando saber tan sólo
que los grandes pasan

Qué hago aquí

No sé si el mundo ha mentido
Yo he mentido
Yo no sé si el mundo ha conspirado contra el amor
Yo he conspirado contra el amor
El clima de tortura no constituye ningún consuelo
Yo he torturado
Aunque no hubiera existido la nube en forma de hongo
habría odiado
Escuchadme
Yo habría hecho las mismas cosas
aunque no existiera la muerte
Me niego a que se me sujete como a un borracho
bajo el frío grifo de los hechos
Yo rechazo la coartada universal
Como un ninfomaníaco que ata a un millar
en una extraña hermandad

Yo espero
a que cada uno de vosotros confiese

Destino


Quiero que tu cálido cuerpo desaparezca
educadamente y me deje solo en la bañera
porque quiero considerar mi destino.
¡Destino! ¿por qué me encuentras en esta bañera
ocioso, solo, sin lavar, sin siquiera
la intención de lavarme excepto en el último momento?
¿Por qué no me encuentras en lo alto de un poste de teléfonos,
reparando las líneas que van de ciudad a ciudad?
¿Por qué no me encuentras cabalgando a través de Cuba,
un hombre gigantesco con un machete rojo?
¿Por qué no me encuentras explicando máquinas
a pupilos poco privilegiados, españoles negroides,
contentos de que no sea un cursillo sobre escritura creativa?
Vuelve aquí pequeño y cálido cuerpo,
es la hora de otro día.
El destino ha huido y yo te elijo a ti
que me encontraste mirándote fijamente en un almacén
una tarde hace cuatro años
y has dormido conmigo desde entonces.
¿Qué te parecen mis ojos de pescador después de todo este tiempo?
¿Soy lo que esperabas?
¿Acaso estamos demasiado tiempo juntos?
¿Acaso se avergonzó el destino ante la doble toalla turca,
nuestro conocimiento de nuestras pieles,
nuestro amor que es proverbial en todo el bloque,
nuestro acuerdo de que en cuestiones espirituales
yo debo ser el Hombre del Destino
y tú la Mujer de la Casa?

De "La energía de los esclavos" 1972 (Versiones de Antonio Resines)


6. Me gustaría leer
uno de los poemas
que me arrastraron a la poesía.
No recuerdo ni una sola línea,
ni siquiera sé dónde buscar.
Lo mismo
me ha pasado con el dinero,
las mujeres y las charlas a última hora de la tarde.
Dónde están los poemas
que me alejaron
de todo lo que amaba
para llegar a donde estoy
desnudo con la idea de encontrarte.

68. Dejé que tu mente entrara en mí
por culpa de la soledad.
Fui un hogar para tu visión.
Pero no podría serlo dos veces.
No pises tu sombra,
no pises mi escoba.
Yo mantendré tu sombra limpia.

71. Encerraron a un hombre
que quería dirigir el mundo.
Los muy idiotas
encerraron al que no era

92. Los asesinos que dirigen
los demás países
están intentando que nosotros
derribemos a los asesinos
que dirigen el nuestro.
Yo por mi parte
prefiero el yugo
de los asesinos nativos.
Estoy convencido
de que el asesino extranjero
mataría a más de nosotros
que nuestros viejos y conocidos asesinos.
Francamente no creo
que ninguno de esos de fuera
quiera que resolvamos
nuestros problemas sociales.

Para decir esto me baso en lo que
siento
hacia el vecino.
Sólo espero de él que no se vuelva más feo.

Por lo tanto, yo soy un patriota.
No me gusta ver
quemar una bandera,
porque eso excita
a los asesinos de los dos lados,
hasta que llegan a excesos desafortunados
que continúan alegremente,
casi totalmente incontrolados,
hasta que todo el mundo ha muerto.

95. El amor es un fuego.
Arde por todas partes.
Desfigura a todo el mundo.

Es la excusa que el mundo pone
por ser tan feo.


Leonard Cohen

Poeta, novelista y cantante canadiense nacido en Montreal en 1934. A los 21 años, tras obtener la Licenciatura en Literatura Inglesa por la Universidad McGill de Montreal, publicó su primer libro de poemas, "Let Us Compare Mythologies", en el que deja entrever la influencia que han dejado en él las religiones católica y judía.

Su obra posterior incluye temas de sexo, amor, religión y política, marcando en todas el espíritu rebelde que siempre le ha acompañado y su personalidad depresiva. De esta época son las siguientes obras: "Flores para Hitler" en 1964, "La Caja de Especias de la Tierra" en 1965, "Parásitos del Paraíso" en 1966, "La Energía de los Esclavos" en 1969 y sus novelas "El Juego Favorito" y "Los Hermosos Vencidos".

En 1990, agobiado por el inconformismo, decidió ordenarse como monje de la religión Zen. En 1999, después de casi nueve años en el monte Baldy, abandonó los hábitos para dedicarse de nuevo a la música y la poesía