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Tu latido es el mío

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"...Aquí canta el enigma de los bosques,
el círculo que afiebra tu cuerpo con el mío..."

Y luché contra el sueño y la fatiga,
contra la ira sin fin y el desarraigo.
Escudriñé, escarbé sin asomo de duda,
entre las débiles pavesas ciegas
de mi memoria por hallar un año,
un solitario día, apenas un instante
en que pude decir: jamás te amé;
mas no encontré resquicio para mentirme a solas,
para afirmar siquiera la negación más leve.

Tu latido es el mío. Allí donde comienza
ese deseo intenso al que nombramos vida,
allí, resplandeciendo en los días distintos,
en la ardiente espesura de mi asombro,
con el sí, con el no del abismo o la suerte,
silenciosa me esperas como el árbol de fuego
que sostiene esa fruta lustral de la esperanza.

Mi mirada te invoca en el presente,
en el rumbo indeciso de cualquier lejanía
se ese mar que me canta y me seduce
con los ojos vehementes del relámpago.
Eres sed del edén que no percibo
y, en los acordes hondos de tu voz,
perenne permaneces, con la música
aterida del alma y la audaz primavera,
en todas las palabras de la sangre.

El sueño de sus sueños

Soñaron con el único tesoro
que alguna vez podría deslumbrarles:
ser el uno en el otro enteramente,
tornarse indestructibles para el tiempo y el mundo.

Anhelaron forjarse con poderes telúricos,
mitad árbol y viento, mitad tierra y hoguera,
y el soplo de la vida navegó por su sangre,
surgiendo vigoroso de la luz
de sus cuatro pupilas hechizadas.

El sueño de sus sueños fue el haberse encontrado,
porque desde ese instante, solitario y raigal,
se hicieron alma y sombra de un amor indeleble.

Justo Jorge Padrón


Poeta, ensayista y traductor español nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1943. Es una figura importante de la generación poética del setenta; ejerció como abogado en su ciudad y luego se trasladó a Madrid donde ha desarrollado una intensa vida literaria.

Publicó su primer libro de versos en 1969, «Escrito en el agua», con el que quedó finalista del premio Adonais. La Real Academia Española le otorgó con «Los círculos del infierno» el premio Fastenrath al mejor libro de poesía publicado entre 1972 y 1975. Traductor de importantes autores escandinavos, ha recibido importantes premios a lo largo de su trayectoria en las letras.
En el amanecer te desvaneces.
Sólo queda tu sombra entre mis manos,
una presencia de aire, anhelo y sueño y risa
que disipa su incendio consumido.

Imán de ti

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Tengo una atmósfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada
con sus constelaciones íntimas".
Vicente Huidobro

Cuando te pienso se desatan atractores extraños,
mi cuerpo se desplaza,
se hace trizas en todas direcciones para encontrarte.
Y así vuelvo a nacer cuando te abrazo.
En el microclima de tu piel
mis briznas se conjugan con verbos desconocidos,
se recomponen
lejos de las palabras párvulas y huérfanas.

Así vuelvo a nacer con los poros imantados de ti.
Tu piel tira de ellos en la distancia.
Hundo mis pies en tu océano,
me abandono a la química de las pasiones,
y a un solo movimiento tuyo
se ordenan mis hormonas,
mis células, mis glándulas,
en el concierto del deseo sin ataduras
ni sintaxis.

Y creo más en ti que en el silencio sobrecogido de las catedrales.
Contigo sobrepaso el umbral de todas las incertidumbres,
en ti el cobijo, el dintel,
mi bóveda, mi ménsula, mi arquitrabe gozoso,
me edificas, me construyes, me sostienes.

El metropolitano ruge debajo de mi casa
como un dragón de horario estremecido
y yo me protejo en la fortaleza de tus extremidades,
vadeo un río toda la noche para buscar el refugio de tu origen.

Tú mi atmósfera, mi espacio abierto
para entrar y salir sin centinela.
Traes un aire nuevo entre tus labios
y ya no sé respirar fuera de ti.

Cuando tú no estás
el cielo detiene sus hélices de plomo,
se enrarecen las palabras
y no saben decirte.

Amalia Iglesias
De "La sed del río"


Poeta española nacida en Menaza, Palencia, en 1962. Desde 1970 se trasladó con su familia a Bilbao donde se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto. Actualmente vive en Madrid donde ha sido coordinadora del suplemento Culturas de «Diario 16». Dirige desde su creación, en 1996, de Revista de Libros, de la Fundación «Caja Madrid» y además colabora en la revista de poesía La alegría de los naufragios y en la sección Contemporáneos del suplemento cultural del periódico «ABC».

Llénate de mí

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Llénate de mí.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora.
Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.

Pero siento tu hora,
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
No, no quiero ser esto.
Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
Así crucificaron mi dolor una tarde.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
Debe participar de lo que toca,
debe ser de metales, de raíces, de alas.
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.
No puede ser, no puede ser.
Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué palabra?
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
inundando las tierras como un río terrible,
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos
destrozando,
quemando,
arrasando
como una lava loca lo que existe,
correr fuera de mí mismo, perdidamente,
libre de mí, furiosamente libre.
Irme,
Dios mío,
irme!

Pablo Neruda

Cielo y tierra

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Y las aguas de Arriba amaron a las de Abajo
y eran las aguas de Abajo femeninas
y las de Arriba masculinas...
¿Has oído, amada?
Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo
Tú eres el lecho de los ríos y el asiento del mar
y el continente de las aguas dulces
y el origen de las plantas y de los tiernos o duros o feroces animales
de pluma o pelo o sin pluma ni pelo
Yo soy la lluvia que te fertiliza
En ti se cuecen las flores y los frutos
y en mi el poder de fecundar
¿Has oído, amada?

Nuestro lecho es el Universo que nos contiene
¿Has oído bien?
Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo
Y mi amor se derrama sobre ti como la lluvia
o como una cascada que cae del sol
rompiendo entre nubes como entre peñascos
y entre los colores del arco iris y entre las alas de los ángeles
como entre las ramas espesas de una vegetación inverosímil

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo

¿No lo escuchas?
Y aunque digas que sí tal parece que no porque ahora Tierra
cabalgas sobre mí (en el lecho que es el Universo)
y eres tú el Cielo y tu amor se derrama sobre el mío
como una lluvia fina
Y yo era la Tierra hasta hace unos instantes pero ya no lo sé
porque hemos girado y descansamos
sobre nuestro costado y los dos somos
Tierra durante unos minutos deleitosos


Y ahora estoy de pie con los pies en la tierra y los ojos en el cielo
y tú no eres ni Tierra ni Cielo porque te hago girar
con los muslos unidos ferozmente a mi cintura
y eres el ecuador o yo soy el planeta Saturno
y tú eres los anillos que aprendimos en la escuela y giras


Y ahora somos Cielo los dos y volamos
elevándonos más allá del Universo
Y en lo más alto del vuelo algo estalla en nosotros
y caemos vencidos por la fuerza
de nuestro propio ecuador que se ha quebrado
Pero seguimos siendo Cielo aunque yazgamos en tierra

Derrumbados en tierra pero Cielo
Tierra revuelta y dulce pero Cielo

Cielo vencido cielo revolcado pero Tierra




Poeta mexicano nacido en Ocosingo, Chiapas en 1950. Estudió psicología e inició su trayectoria literaria en 1982 con la publicación de «Ojo de jaguar». Posteriormente publicó «Ciudad bajo el relámpago» en 1983, «Música solar» en 1984, «Cuadernos contra el ángel» en 1987, «Mínima animalia» en 1991, «Cantos para la joven concubina y otros poemas dispersos» en 1991, «Cirio para Roberto» en 1993, la edición trilingüe de «Ala del sur» en 1993 y «Partes un verso a la mitad y sangra» en 1997.

Gracias a su gran vitalidad poética y a su labor creativa, ha recibido importantes premios literarios entre los que se cuentan el Premio Nacional de Poesía Aguscalientes en 1984, el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en 1993 y el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en 1996. ©

Hola

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¡Qué llamas tibias, qué brasas serenas,
qué dulces alas de sereno vuelo
tus manos en mi alma, compañera!
Tú, que vienes caminando
desde el fondo de mi vida;
que traes como bandera
la música de tu risa;
tú que en tus ojos escondes
lo que mi alma necesita;
tú, que en mi pecho has vivido
por años como dormida
y hoy me despiertas de golpe
hasta que no da cabida
mi pequeño corazón
para esta explosión de dicha.
Eres el río al que quise
ponerle diques un día.
Hoy que subió tu corriente
ya no hay diques que resistan.
En la casa de mi pecho,
en mi sueño y mi vigilia,
en las calles de mis manos,
en la ciudad de mis días,
en la patria de mis pasos
y en el país de mi vida
ven, entra y manda:
es tu reino,
tu victoria, tu conquista.

Manuel José Arce

Poeta y dramaturgo nacido en Ciudad de Guatemala en 1935. Fundamentalmente poeta, fue una de las voces altas de la cultura guatemalteca, cultivó también con éxito el teatro. La intensidad y la profundidad de su obra lo llevaron a obtener importantes premios centroamericanos.

En la década de los ochenta debió salir de su país para exiliarse en Francia por las constantes amenazas de parte del régimen de Lucas García. Desde allí escribió unos duros poemas en contra del gobierno de Guatemala, publicados después de su muerte. Falleció de un cáncer pulmonar, en el exilio, en 1985 en Francia.

Me voy, a veces. Me meto en un libro y me voy.
Tomo un pasaje de canción o recuerdo y me voy.
Escribo una carta, me meto con ella en el sobre,
me pongo en el correo y me voy.
Pero dura muy poco mi viaje:
desde adentro de mí mismo este país
-este pequeño y cruel país-,
se me hace presente, me sangra, me duele.

He cometido el peor de los pecados...

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"...Debo fingir que hay otras. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura,
inagotable y pura..."
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer.
No he sido feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.

Cumplida no fue su joven voluntad.
Mi mente se aplicó
a las simétricas porfías del arte,
que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona.
Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges


Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1899. A los siete años escribió en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, «La víscera fatal», inspirado en un episodio del Quijote, y a los nueve tradujo del inglés «El príncipe feliz» de Oscar Wilde.

Es una de las grandes voces de la poesía contemporánea, autor de numerosos ensayos, cuentos y poemas, entre los que se destacan «Ficciones», «Historia universal de la infamia» y «Los conjurados», traducidas a más de veinticinco idiomas. El Premio Formentor otorgado por el Congreso Internacional de Editores en 1961, compartido con Samuel Beckett, fue el punto de partida para lograr su reputación en todo el mundo occidental. Falleció en Ginebra, Suiza, en 1986.

Quien Contiene a la Diversidad...

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Tocadme, poned la palma de vuestra mano
sobre mi cuerpo cuando paso,
No tengáis miedo de mi cuerpo.
(Cosmos)

Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza
quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra
y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio
quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos
o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros
quién contiene a los creyentes y a los incrédulos
quién es el amante más majestuoso
quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo
de espiritualidad y de lo estético o intelectual
quién después de haber considerado su cuerpo
encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos
quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo
comprende por sutiles analogías todas las otras teorías
la teoría de una ciudad, de un poema
y de la vasta política de los Estados
quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna
sino en los otros globos con sus soles y sus lunas
quién hombre o mujer, al construir su casa
no para un día sino para la eternidad
ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones.
El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio
indisolublemente juntos.

Walt Whitman


Nacido en Long Island. West Hills, condado de Suffolk, (Nueva York, 31 de mayo de 1819– Camden, Nueva Jersey 26 de marzo de 1892), fue un poeta, ensayista, periodista y humanista estadounidense. Su trabajo se inscribe en la transición entre el Trascendentalismo y el Realismo, incorporando ambos movimientos a su obra. Whitman está entre los más influyentes escritores del canon norteamericano (del que ha sido considerado su centro) y ha sido llamado el padre del verso libre.

Su trabajo fue muy controvertido en su tiempo, particularmente por su libro Hojas de hierba, descrita como obscena por su abierta sexualidad. Su influencia ha sido amplia, siendo tenido como el padre de la moderna poesía americana.

Resucitado recuerdo

1 comentario:
Te visto con el calor de mis labios
y mi tibia boca te desviste
Hoy resucitó un dolor maldito

Te vi cruzando la calle,
tranquilo, sin prisa.
Apenas nos separó el aliento,
busqué tu mirada.

Casi probé tus caricias.
Volteaste el rostro,
ella se acercó suavemente,
tejió sus dedos entre tus manos
y una sonrisa en común brilló.

Retrocedí nerviosa.
Mi mente voló a otra fecha:
la misma calle,
la misma hora...
Tu, yo. Ella al acecho.

Alucinaron mis ojos,
recordé cuando eras buitre volando
en círculos de aurora tras mi negra cabellera.
Volví a sentir el fuego de tu sable
y tu boca hurgando en mi boca.

El llanto reventó en mi cara,
congeló mi sangre.
Se entumieron mis manos...Tu, ella.
Yo en el olvido.

Me di la vuelta,
caminé con prisa.
vomité tu nombre en la siguiente esquina.

Lina Zerón
De "Moradas Mariposas"
Ed. Unión y UNEAC, La Habana


Poeta y novelista mexicana nacida en Ciudad de México en 1959.Estudió Relaciones Internacionales en la ENEP Acatlán, UNAM. Colabora en las secciones culturales de los diarios El Financiero, Arena del Excelsior yEl Semanal de la Jornada de México. Hace parte del Comité organizador del Festival de Poesía de La Habana, Cuba, desde el año 2000 y dirige el Comité General del Festival Poetas del Mundo, Voces para la Educación de Toluca, México.

Ha recibido destacados galardones, entre los que se cuentan: Medalla de Oro a la mejor poeta extranjera en Montevideo, Uruguay 2003, Mujer del Año 2002 en el Estado de México por su trayectoria poética en junio de 2005 y Miembro honorario de Literatura bilingüe por la paz en Estados Unidos.